domingo, 25 de marzo de 2007

Un hombre con 3 corazones!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mejor que como un niño con zapatos nuevos: con corazones nuevos, y no uno ni dos, sino tres, que son los que el norteamericano Gary Onufer ha albergado en su pecho en solo un mes.

El 1 de febrero Onufer ingresaba en el hospital de la Universidad de Pensilvania, víctima de un colapso cardíaco masivo. El jueves 22 de marzo abandonaba el recinto hospitalario por su propio pie y llevando en la mano un inolvidable regalo de una enfermera: un pequeño Hombre de Hojalata, el personaje del Mago de Oz que suspira por tener un corazón.

Nadie definiría a Onufer, agente de seguros de profesión, como un amante de las emociones fuertes. Si se avino a protagonizar una odisea médica sólo fue porque, según él mismo reconoce, sus opciones eran «muy pocas».

El doctor Michael Acker, uno de los cirujanos que le atendieron, declaró a The New York Times que con cuadros clínicos como el que presentaba Onufer el pasado 1 de febrero, lo normal habría sido implantar ayudas mecánicas que permitieran a su corazón de nacimiento bombear, a la espera de un donante. El promedio de una espera así suelen ser dos meses. Muchísimo tiempo para el corazón de Onufer, que, más que dañado, había quedado inservible. Los médicos ofrecieron al paciente retirarle su corazón natural y recibir a cambio un corazón enteramente artificial de nueva generación, aún en fase experimental. La gravedad del caso era lo bastante grande como para correr riesgos casi ilimitados.

El 12 de febrero se llevó a cabo la operación. Los cirujanos bregaron seis horas en el quirófano. Tuvieron éxito. Sólo 28 días después apareció un donante. Onufer volvió al quirófano y salió con su tercer corazón en un mes, es de esperar que el definitivo.

Se comprende que el hombre diga que guarda un recuerdo «borroso» de estos últimos treinta días que se ha pasado saltando de corazón en corazón. Tampoco es de extrañar que el jueves, al salir del hospital, se le viera muy encariñado con su suerte: «podía estar muerto, y en lugar de eso, me siento como un millón de dólares andante».

«Yo todavía no me lo creo; doy gracias porque él esté vivo», se limitó a musitar su mujer, temblando

Fuente: noticiaya.com

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